Elefante

Qué ver de safari en Botswana, África.

Qué visitar, ver y hacer en un safari por Botswana, África.

Si vas a realizar un safari por África y decides viajar a Botswana, tienes que ir a visitar el Parque Nacional Chobe, realizar safaris terrestres y acuáticos, paseo en barco por el río Chobe, visitar el Delta de Okavango.

Botswana se encuentra en el centro de África meridional, su capital es Gaborone, no posee salida al mar, este país limita al norte con Zambia, al oeste y norte con Namibia, al este con Zimbabwe y al sur con Sudáfrica. Botswana es uno de los países del continente africano donde hay más población infectada con el virus de VIH, tiene una tasa alta en mortalidad infantil, un gran desafío para Botswana.

Es conocida por las minas de diamantes, parque Nacional Chobe, el Delta de Okavango, por tener la población más grande de elefantes, pero para los españoles aún más, después de que el rey Juan Carlos, se rompió la cadera en un viaje de caza de elefantes en Botswana el 11 de abril de 2012. Siete meses después de lo ocurrido, el gobierno del país de Botswana, prohibió la caza. Las empresas locales por cada elefante abatido cobraban unos 40.000 dólares americanos (33.844,01 € aprox.) Os podemos decir que en este viaje hemos visto como todavía se continúa con las cacerías, ahora, desgraciadamente en los recintos y fincas privadas.

Al final del post os dejamos toda la información necesaria para preparar un viaje a Botswana, África.

Nuestro cuaderno de bitácoras:

A la salida del puesto fronterizo de Botswana, nos esperaba un chico del Resort Chobe safari Lodge Botswana (hospedaje de tres estrellas) el que nos hizo el traslado hasta donde nos hospedaríamos, pagamos por dos noches+actividades, transfer+desayuno incluido+comidas un total de 912 dólares americanos (771,65 € aproximadamente). La dirección es Kasane, Botsuana

Kasane es una ciudad pequeña, centro administrativo del distrito de Chobe, está llena de centros comerciales, empresas de actividades, gasolineras, bares, restaurantes, etc. Siendo el punto de encuentro de cuatro países: Botswana, Zambia, Namibia y Zimbabwe y la confluencia de dos grandes afluentes, el río Zambeze y el río Chobe. Kasane se encuentra a las orillas del río Chobe, a solo 10 kilómetros, es la puerta de entrada al Parque Nacional de Chobe y se localiza a unos kilómetros de las Cataratas Victoria.

Subimos en un 4×4 hasta llegar al resort situado al lado del río Chobe, localizado a unos 5 minutos caminando a pie de la entrada del Parque Nacional de Chobe, en el norte de Botswana. Bajamos, hicimos el check-in, nos dieron un coctel de bienvenida y nos apuntamos en las diferentes actividades que teníamos incluidas en el precio. ¡Recuerda!, debes llegar y apuntarte en las actividades, porque luego no quedan plazas.

Dejamos el equipaje en la habitación y fuimos hasta el comedor del hotel, donde ofrecen comida tipo buffet, nos acomodamos en una mesa, y nos servimos la comida, cuando nos sentamos aún no teníamos los cubiertos en la mesa, servilletas, etc. Estaban todos los camareros observando con los clientes el macaco que había llegado hasta la piscina. Yo, Elisabeth, me tuve que levantar y a cercarme hasta el mueble donde estaban los cubiertos, cogerlos y montar nuestra mesa ¡Ellos van a otro ritmo! El metre se dio cuenta del detalle, fue y les llamó la atención al los camareros. Os podemos decir que no se aceleraron mucho. Terminada la comida, fuimos hasta el bar de la piscina y nos tomamos un café con leche cada uno. Con vista al río Chobe. Pagamos un total de 35 Pulas (2,88 € aproximadamente).

A las 14:00 h de la tarde, nos acercamos hasta el muelle que hay en el resort, para tomar un barco y realizar un Crucero por el río Chobe. A nosotros nos asignaron un barco grande de dos plantas, hay de solo una planta y pequeñas barcas, son mejores estas últimas que hemos nombrado, porque se pueden acercar más a los animales.

Las sillas del barco no estaban fijadas al suelo, por lo que las pudimos mover, miraban hacia dentro y las pusimos mirando hacia fuera en primera fila. Nosotros, como siempre, revolucionando el gallinero, los demás pasajeros también las movieron del lugar. Nos acomodamos en la parte trasera en primera fila, mirábamos a ambos lados, solo veíamos americanos, canadienses y franceses. Nos acompañaba el capitán de la embarcación, dos ayudantes de tripulación y un guía de habla inglesa, que nos iba dando explicaciones de los animales que nos íbamos encontrando.

La barca tuvo que hacer una parada en una caseta de vigilancia donde registraban a todos los pasajeros y pagaban la entrada al parque (incluida en el precio del safari). Este safari es mejor hacerlo al atardecer, porque es cuando los animales se dejan ver mejor, pues acuden a beber agua en el río Chobe. Este afluente es inmenso, su color es azul y marrón, hay una gran cantidad de islas donde los animales pastan al sol. Los primeros animales que nos dieron la bienvenida al lugar, fueron los elefantes que había dentro del río, jugando y dándose baños de barro. Hasta tuvimos la oportunidad de hacernos unas fotografías con ellos de fondo. ¡La tarde prometía!

Continuamos navegando por el río, vimos un búfalo cafre en la margen izquierda del río que estaba bebiendo agua. Este mamífero es de la familia de bovidae, suele vivir en la sabana y bosques del África Subsahariana. El segundo animal de la tarde ¿Sabéis cuáles son los 5 grandes mamíferos de África?, búfalos, elefantes, rinocerontes, leones y leopardos ¿Conseguiríamos en este viaje poder ver los cinco mamíferos?, veremos haber lo que pasa.

A los lejos pudimos divisar a numerosos hipopótamos que salían del agua dejando ver su cuerpo pesado, pueden llegar hasta 3 toneladas. Son animales semi acuáticos, llegan a correr hasta 40 km/h tanto dentro del agua como fuera. Es alucinante, las orejas tan pequeñas que tienen y las patas tan cortas. Llamativos cuando bostezan y te permiten ver su gran boca. En la fotografía de abajo se puede apreciar la piel tan sensible que tienen, poseía varias rajas en la piel. En este lugar los elefantes, hipopótamos y búfalos no tienen depredadores. El animal más peligroso en África es el hipopótamo si, sí, es el que causa más muertes cada año, entre personas. Como se sienta amenazados, muestran agresividad. La población africana es al que más respeto tienen. Aunque nosotros no sabemos decir por qué un león, leopardo o elefante, no los vemos muy amigos de los humanos.

¡Qué emoción!, vimos atravesar el río a una pequeña manada de elefantes. Estos mamíferos son los animales terrestres más grandes del planeta, hay dos especies diferentes: el africano y el asiático, teniendo cada uno subespecies. El elefante es capaz de adaptarse tanto a ambientes de sabanas, desiertos, zonas montañosas, bosques tropicales, valles, etc. Son llamativos por su trompa, cuernos y orejas.

Es cierto que el lugar es demasiado turístico, por momentos nos sentíamos invadidos por numerosas embarcaciones que de forma masiva se ponían alrededor de los animales. No queremos pensar como sería el lugar en temporada alta. Nosotros lo visitamos y aún no había demasiado turismo en el sitio.

No podemos dejar de nombrar a los cocodrilos que vimos a las orillas del río tomando el sol, a la busca de presa, las embarcaciones con el sonido del motor, les estropean y alertan a sus presas de la presencia de ellos. Nos encantan verlos sumergidos en el agua, viendo como sus ojos los desvelan por encima del agua. Es casi imposible poder tomarles una fotografía, cuando cazan a su presa. Lo realizan en cuestión de segundos, suelen matarlos dentro del agua hasta devorarlos sin dejar huella o rastro. Este gran animal pertenece a la familia de los reptiles (saurópsidos) hay 14 especies diferentes, son semi acuáticos y viven en zonas tropicales de África, América, Asia y Australia.

El lugar era sobrevolando por diferentes especies de aves, hay estudios que dicen que hay más de 460 especies de aves. También se dejaron ver algunas aves acuáticas.

En medio del río Chobe vimos un bar tipo chill-out, nos dijo el guía que por las noches los viajeros y turistas cogen embarcaciones para llegar al lugar y tomar unas cervezas, copas, champán, etc. En fin, para pasar una noche de fiesta.

El sol iba cayendo, dejándonos una estampa de postal, contemplado un magnífico atardecer, esos típicos de África. Eso sí, tuvimos que ponernos una chaqueta porque la temperatura bajó considerablemente y los mosquitos, aparecían en la zona, no teníamos ganas de tener picaduras en el cuerpo, nos pusimos repelente.

La actividad tuvo una duración de 3 h volvimos al resort, nos fuimos a darnos una ducha y bajamos al comedor para cenar, se puede cenar a la carta en el restaurante, pero es necesario reservar con antelación, asignan un turno de hora, y debes vestir de etiqueta. Nosotros cenamos en el comedor buffet, después de la cena, decidimos irnos a descansar, que al día siguiente nos esperaba un día de aventuras.

Hoy tocaba madrugón, a las 5:30 h de la madrugada sonó el despertador, nos levantamos, nos arreglamos y nos hicimos un café en la cafetera, que teníamos en la habitación. Nos fuimos hasta el lobby, los guías de los 4×4 llegaron, había más de veinte. Tuvimos que comprobar el vehículo y chofer guía, que nos habían asignado, aquello parecía un gallinero, como se había levantado la gente, con ganas de hablar, ¡A fin lo localizamos! Subimos a las 6:00 h madrugada en un 4×4, totalmente descapotable, solo techo de lona, con una pareja de canadienses y otra de franceses. Tuvimos suerte el vehículo, no iba lleno. Tiene un total de trece plazas más la del conductor. Hacía bastante frío, no recordamos haber pasado tanto frío en un viaje por África, bueno, no sería el último día, vendrían más días como este, en este viaje de cinco semanas por África. Con chaqueta polar, pantalones largos, pañuelo al cuello, y, ¡helados estábamos!, mirábamos a nuestros compañeros y parecían que en lugar de ir de safari iban a la playa, camiseta de tirantes, pantalón corto, sombrero y chancla, ¡a lo loco! Menos mal que en cada asiento había una manta verde, que por cierto creemos que no la habían lavado desde que se había comprado. ¡Pero que bien nos vino! Una vez todos en el vehículo comenzó el viaje, hasta la entrada del parque, en unos pocos minutos llegamos. El guía bajó para registrar la entrada del vehículo y de pasajeros.

El Parque Nacional de Chobe fue fundado en 1968, tiene una superficie de 12.000 km², donde hay bosques, pantanos, llanuras, destaca por tener grandes manadas de elefantes, considerada como las más grandes del mundo. También hay antílopes, impalas, jabalíes, monos, chacales, babuinos, jirafas, cebras y depredadores como: leopardos, leones, chacales y hienas. En el parque se conduce por unos caminos marcados, esto quiere decir que los animales serán vistos si ellos quieren. En este tipo de viaje la madre naturaleza es la que manda.

Comenzaba amanecer, los primeros animales que pudimos ver fueron los babuinos amarillos (papio cynocephalus) estos monos, viven en la sabana, son omnívoros capaces de consumir cualquier alimento. Se pueden organizar en grupos hasta 300 miembros, ¡unos cuantos, verdad! Lo normal es que sean unos 50 individuos, predominando varios machos, siendo el número de hembras mayor. El periodo de gestación dura unos 6 meses y las crías al nacer a penas llegan a tener un peso superior a 400 gramos.

En un árbol pudimos ver a un buitre, pertenece a un género de aves accipitriformes, de la familia accipitridae hay varias especies. Son aves de gran tamaño, su cabeza como norma general tienen pocas plumas, su pico con forma de gancho, posee unas poderosas garras y una gran visión. Es un animal carroñero, aunque también caza, pero presas que estén heridas o enfermas.

La siguiente ave fue los marabúes es una cigüeña carroñera, suele aparecer en el suelo al lado de los animales muertos. Compañeros de trabajo de los buitres, eso si ellos primero le dejan paso a los buitres. Es cierto que desempeña un papel importante, gracias a ellos se evitan enfermedades e infecciones, porque se alimentan de animales muertos, evitando que estos cadáveres se vayan pudriendo.

Parece que la mañana iba a ser de aves, el toco de pico amarillo o rojo es un tipo de cálaos, es una pequeña ave, sus dimensiones pueden ser de 42 a 40 cm de largo, sus patas son de color marrón oscuro, su plumaje es de color grisáceo su pico puede ser de color rojo o amarillo, se alimenta de insectos, bulbos y frutas. Tiene un parecido con los tucanes.

Vimos unos antílopes machos peleándose, son mamíferos pertenecientes a la familia de los bóvidos, se caracterizan porque los machos tienen cuernos, bueno también en algunas especies las hembras poseen. Son herbívoros, dentro de esta especie hay una gran variedad de diferentes antílopes, habiendo especies de pequeño tamaño hasta de grandes dimensiones. Se adaptan a vivir en desiertos, estepas, selva tropical, bosques, sabana, etc.

A las 8:00 h de la mañana hicimos una parada de 30 minutos en una zona habilitada del parque, donde nos preparó el guía, un desayuno en el capó del 4×4. Había una taza de café o infusión para cada uno y porción de pastel casero, galletas, etc. La verdad es que vino genial el café, entramos en calor, con el frío que hacía, y menos mal que calentaba el sol. Hicimos uso del baño que era al aire libre y volvimos a subir en el vehículo para continuar haciendo el safari.

¡Al fin!, se dejaron ver los leones, quién no ha escuchado ese dicho, “el león, el rey de la selva”. Son mamíferos carnívoros de la familia de los félidos. El macho es el jefe en una manada, es temido por su manda y es el que tiene el respecto ganado, siendo el primero en comer cuando hay presa, las hembras son las que le cazan. Es un animal que pasa mucho tiempo durmiendo unas 20 h al día. Su función es proteger a su manda de ataques de depredadores y enemigos.

Por último vimos a un elefante solitario, es la especie que más habita en el Parque Nacional de Chobe. A nosotros es un animal que nos encanta ver, con esas grandes dimensiones, verlos caminado, balanceándose de un lado para otro, y cuando parten ramas de los árboles para ingerir, en los ríos, cuando se bañan uno al los otros con su trompa como si fueran una regadera.

Tocaba abandonar el parque para volver al hotel, para las 10:00 h estábamos en el resort, fuimos a dejar las mochilas y cámaras fotográficas, en la habitación y nos acercamos hasta el comedor para desayunar ¡Estaba abarrotado!, esperamos unos minutos hasta que nos asignaron una mesa, nuestros compañeros de safari, allí estaban dándose un atracón de comida, en el safari pocas fotografías tomaron, pero el desayuno sí que lo disfrutaron.

El desayuno fue tipo buffet, había de todo, nosotros nos decantamos por la fruta que había en el lugar como: piña, mango, sandía, melón, papaya, etc, una tortilla de verduras nos pedimos, zumo y café, este último no era muy bueno, el típico café calcetín, ¡malo, malo!

Pasamos el resto de la mañana en la piscina conectados al wifi del hotel, aunque se nos caía la línea, hicimos unos trabajos con el ordenador y respondimos a unos correos electrónicos.

Tocaba de nuevo comer, de aquí, África, nos íbamos con unos kilos de más. Almorzamos en el restaurante del resort, donde la comida fue tipo buffet, había diferentes carnes, algo de pescado, verduras, etc.

A las 16:00 h de la tarde teníamos prevista la salida de barco, pero había llegado un grupo grande de alemanes y se había liado un follón en el lugar, a unos los mandaban en la embarcación grande, a otros en la pequeña, tuvimos que esperar a que reubicaran al grupo en una sola embarcación. Mientras tanto nos fuimos al bar de la piscina a tomarnos un delicioso café con leche. Pagamos un total de 35 Pulas (2,88 € aproximadamente).

Al final salimos, los más perjudicados saliendo a las 16:30 h embarcábamos de nuevo en el barco, de la tarde anterior, para volver a realizar un paseo por el río Chobe, nos acomodamos, está vez decidimos irnos a la planta de arriba, tuvimos que pararnos unos minutos en el punto de control, para registrarnos. Pudimos ver de nuevo, elefantes, hipopótamos, algún que otro búfalo, y diferentes especies de aves. En esa tarde vimos menos cantidad de animales, es cierto que hacia una tarde ventosa, no sabemos si ese motivo hizo de que los animales no aparecieran, pero en fin lo disfrutamos, no fue tan impactante como la tarde anterior, que fue mucho más emocionante y no sabíamos lo que nos esperaba. El viaje terminó nuevamente con esa espectacular puesta de sol africana.

Regresamos al muelle del resort, esta vez cenamos antes de irnos a la habitación, la noche anterior nos picaron algunos mosquitos, no queríamos más picaduras. Dejamos todo recogido porque al día siguiente abandonábamos el lugar.

A las 6:35 h de la madrugada nos levantamos, nos vestimos, tomamos el café en la habitación, nos acercamos hasta el lobby. Volvimos a mirar en el listado, hoy nos había tocado otro chofer y otro 4×4 diferente. Subimos en la parte trasera del 4×4, esta vez nos acompañaba una pareja de australianos y un matrimonio americano. Tapados hasta las orejas comenzó el viaje hasta llegar al Parque Nacional de Chobe, el guía bajo a registrarnos y pagar la tasa de ingreso al parque. Una vez listo comenzaba el “drive game” como los llaman a esta actividad (juego de conductor). El guía que nos tocó nos preguntó que parte del parque queríamos ver, el río o el interior, nosotros apostamos por el interior, los otros estaban indecisos, pero los americanos querían río, decidieron hacer el río. Nos adentramos en el parque, pero no veíamos animales, la mañana era fría la nariz y los dedos los teníamos helados, no los sentimos. Llegamos hasta el río, aún no había amanecido del todo, en el río Chobe vimos como se reflejaban los colores del cielo, era una estampa preciosa, como de postal.

Nos recibieron unos patos ave acuática que viene de la familia de anatidae, existen una gran variedad en especies, de cuello corto, pico aplanado y ancho, en la parte superior del pico tiene unos pequeños orificios que les sirve para el proceso de respiración, puede llegar a pesar hasta 4 kg.

Divisamos una pequeña embarcación en el río, que estaban realizando una actividad de avistaje de aves acuáticas, también un barco que realiza un crucero de varios días de navegación por el río Chobe, etc.

Nos adentramos en el interior del parque para ir hasta la zona donde íbamos a realizar la parada, por el camino nos encontramos unos impalas suelen ir en manadas grandes, son animales que siempre están en peligro, permanecen siempre en tensión, están muy atentos, cualquier ruido los hace salir corriendo. Suelen ser el aperitivo de guepardos, leopardos, leones, liconoes, hienas e incluso de cocodrilos. Los africanos dicen que son el Mc Donald’s en los parques de África, si los miramos bien en la parte trasera, se puede ver como la silueta de una letra M, en color negro.

A las 9:00 h de la mañana llegamos a una zona habilitada para hacer la parada técnica de wc y tomar un café con una porción de pastel de plátano. Mientras nos montaban la mesa encima del capó del 4×4, nosotros nos fuimos a tomar una fotografías junto al río, etc. Veremos a ver si no terminábamos siendo la presa de algún animal, nosotros, como siempre, no podemos permanecer quietos mucho tiempo.

Aparecieron las primeras cebras en este viaje, este animal suele habitar en espacios abiertos, son herbívoros, sus rayas les sirven para protegerse de las picaduras de insectos, de camuflaje, haciendo despistar a sus enemigos, se dice que no hay dos iguales, hay tres especies de género diferente. Suelen vivir en manadas.

Hora de ver a unos de los animales más elegantes, las jirafas este mamífero es el animal más alto del mundo, tiene unas patas largas y cuello muy alto, que las hacen ser vistas desde lejos, pero sus manchas en el cuerpo les sirven de camuflaje confundiendo a sus depredadores con el entorno africano. Tienen cuernos tanto los machos como las hembras, siendo de mayor tamaño las últimas que hemos nombrado. Su cuello puede llegar a medir 2 metros de largo, esto les hace poder alcanzar bien a las hojas de las copas de los árboles. Su lengua es capaz de arrancar de una sola vez las hojas de los árboles. A veces van solas como esta, pero lo normal es verlas en grupos, llegando hasta ser 30 miembros. Su gestación dura un año y tres meses, dando a luz de pie.

Camufladas en el suelo nos encontramos unas perdices con sus crías, aves de la familia phasianidae, no son migratorias, anidan en el suelo, su tamaño es mediano. Hay diferentes especies por el color de su plumaje. Se alimentan de semillas, pequeños insectos, etc. Su reproducción es a través de la puesta de huevos.

Observamos una manada de búfalos, suelen aparecer como en este caso en grandes manadas, cuando uno de estos animales se hacen viejos, se separan de la manada para vivir el resto de vida en soledad ¡Qué triste!, pero es así, es casi uno de los animales que casi nunca muere por la edad, mueren por ser devorados por manadas de leones. En el río nos encontramos uno que estaba bebiendo agua solo, al oír el ruido del vehículo miro hacia nosotros.

A la salida del parque nos encontramos una tortuga o quelonios hay dos tipos acuática y terrestre. Tiene un duró caparazón, tiene cuatro extremidades y una cabeza, se oculta dentro del caparazón cuando se ve en peligro. La reproducción es ovípara.

No tuvimos mucha suerte en ver muchos animales, resultó ser un poco decepcionante y si recordábamos los safaris que hicimos un año antes en Kenia y Tanzania. Allí sí que vimos animales, un auténtico Corte Inglés, de todas las especies, tallas, colores, y en grandes cantidades.

Volvimos al resort, nos acercamos a la habitación para coger el equipaje, hicimos el check-out. El propio resort nos hizo el traslado hasta el Aeropuerto de Kasane. Nos dejó en las puertas del pequeño aeropuerto, bueno llamémosles así, fuimos hasta los mostradores, la compañía Mack air charter, aún no estaban abiertos. Esperamos unos minutos, fuimos a facturar el equipaje. Pasamos el control de seguridad para salir en una avioneta charter-regular con destino a la pista de aterrizaje de la Reserva Kadizora Camp en el Delta del Okavango. Avioneta de cinco pasajeros que solo compartimos con un matrimonio de americanos, nosotros nos quedamos en Kadizora, pero ellos continuaban el viaje. El vuelo en avioneta ida+vuelta nos costó 150 € por persona. El viaje tuvo una duración de 1 h. ¡Recuerda!, el peso máximo es de 15 kg de equipaje facturado, más 5 kg de equipaje de mano por persona. Aquí os dejamos el contacto Email: [email protected] En el vuelo tuvimos la oportunidad de apreciar el Delta de Okavango, es la mejor manera de poder ver la gran dimensión que tiene.

Aterrizamos en una pista de tierra en medio de la nada, bueno en la zona del Delta de Okavango, como si de una película se tratase, bajamos y allí, no había nada, nada más que vegetación, bueno estaba un guía chofer de Kadizora Campamento. Subimos al 4×4 que nos llevaría a Kadizora Camp donde pasaríamos dos noches. El precio nos incluía traslados a la pista de aterrizaje+alojamiento+comidas+actividades, pagamos un total de 1.175 dólares americanos (999,7 € aproximadamente).

El río Okavango nace en el país de Angola, atraviesa el desierto del Kalahari, pero no llega a desembocar en el mar, creando el mayor delta de interior del planeta. Acoge a una gran diversidad de mamíferos, peces, aves y reptiles. Está reserva natural está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el 2014.

Nos recibieron a las puertas del campamento la dirección del hotel y un grupo de mujeres africanas con cantos de tribus. Nos dieron un rico coctel de frutas, que nos sentó genial, con el calor que hacía. Fuimos acompañados hasta la tienda de campaña que nos habían asignado, teníamos que decir a que hora, queríamos que vinieran a recogernos cada día el Ranger, no podíamos pasear libremente porque el lugar estaba en pleno parque sin ningún tipo de valla u obstáculo que impidiera acercarse a los animales hasta nuestra tienda de campaña. La tienda era una pasada, tenía de todo, nos mostraron unas trompetas por si venía algún animal y nos veíamos en peligro, debíamos tocarla ¡Mirad!, hace nada ha habido un elefante delante de esta tienda de campaña. ¡Aquí podéis ver el excrementó que os ha dejado! Yo, Elisabeth, le dije a Sergio, estos lo han cogido con una pala y nos lo han puesto para que nos emocionemos. ¡Ambos nos miramos y nos reímos un rato!

A las 16:00 h de la tarde en el bar nos ofrecían café y té, tomamos un café con leche, unos pasteles y una porción de tarta de zanahoria. Conocimos a las tres parejas que había en el hotel, con ellos compartiríamos esa tarde un paseo en barca. Eran matrimonios mucho más mayores que nosotros, para que os hagáis una idea podían ser nuestros padres o incluso nuestros abuelos. Un matrimonio americano (California) otro sudafricano (Ciudad del Cabo) y los más jóvenes que estaban celebrando sus bodas de plata suizos (Ginebra).

Llegadas las 16:30 h subimos en el 4×4 para llevarnos a una zona donde cogimos una barca de motor acompañado de un guía especializado en el conocimiento de aves, nos adentramos en las aguas del río Okavango. ¡Fue increíble!, no llevábamos ni dos minutos en la barca, entró en un ramal, dejó el motor parado, y vimos como a nuestro paso por el lugar, salían de las aguas millones, millones de diferentes pájaros, jamás habíamos visto algo así, nos impresionó mucho. Los árboles parecían que se iba a volcar hacia los lados, estaban llenos de nidos unos contra otros. También vimos una gran cantidad de peces en el agua, elefantes, hipopótamos y varios cocodrilos. ¡Recuerda!, ponerte repelente y llevar una chaqueta para cuando llega el atardecer, baja bastante la temperatura.

Terminamos el paseo en barca y nos montaron una pequeña mesa con refrescos, frutos, secos, patata fritas, etc., Pudiendo ver como broche final de la tarde el anochecer.

Vino a recogernos el chico en el 4×4, para llevarnos al campamento. Nos dimos una ducha y el Ranger llegó a por nosotros hasta la tienda de campaña para llevarnos hasta el comedor, donde tuvimos la cena con las tres parejas que había y el anfitrión del campamento. Tuvimos una cena donde el dueño del campamento nos contó su vida, como había montado este campamento y cuáles eran sus raíces. Tuvimos una vela muy amena, tocaba ir a descansar.

A las 5:30 h de la mañana, el Ranger fue a llamarnos, nosotros estábamos listos ya, y decidimos irnos hasta la recepción y aprovechar para conectarnos a la línea de wifi. Las tres parejas de huéspedes se fueron a dar un paseo en globo. A las 6:00 h de la madrugada nos sirvieron el desayuno, pan tostado, mermeladas, pasteles, cereales, zumo y café.

Sobre las 6:30 h subimos en el 4×4, para comenzar un “game drive” ¡a ver qué nos depararía el día! Lo primero que nuestros ojos vieron fue está jirafa, más tarde veríamos otra camuflada, cebras, jabalíes, impalas, antílopes y monos.

Hicimos un alto en el safari para desayunar, donde nos ofrecieron una taza de café acompañado de una porción de pastel, galletas, etc. Mientras aprovechamos para tomar unas fotografías y tomas de grabación.

Se finalizó el safari, volvimos al campamento, a las 13:00 h nos sirvieron el almuerzo, fue carne de ternera a la brasa, patatas rellenas de verduras, tomates, de postre, uvas, piña, mango y una porción de bizcocho, y café.

Nos sentamos un rato en las sillas de la terraza para contemplar el lugar, lleno de naturaleza, a las 16:00 h, tomamos el café y la porción de pastel está vez de plátano. A las 16:30 h, vinieron a recogernos para realizar un paseo en barca por el río Okavango. Era la misma actividad que la tarde anterior, esta vez no hicimos demasiadas fotos, dejamos las cámaras aún lado y decidimos disfrutar del paisaje de naturaleza que nos brindaba el lugar, su fauna y flora que no se ve todos los días. Mostrándonos el lado más auténtico y salvaje de África. Volvimos a despedirnos con un aperitivo y como no con un magnífico atardecer.

A las 19:30 h nos sirvieron la cena, donde probamos un delicioso bistec de ternera acompañado de verduras, el postre una porción de tarta de manzana. Acabada la cena, era el momento de despedirnos del personal del campamento y de las parejas de viajeros, algunos seguirán pasando más días en la zona, otros regresarían a casa y nosotros continuaríamos viajando por África, cambiamos de país, nos íbamos hasta Namibia, país vecino de Botswana.

Decidimos irnos a descansar a la tienda de campaña, mañana serían nuestras últimas horas en el lugar, teníamos que recoger y preparar el equipaje. Apagamos la luz y a dormir. ¡Buenas noches! Yo, Elisabeth, a las 1:30 h de la madrugada, me desperté con el sonido que producía un elefante, ¡teníamos un elefante justo delante de nuestra tienda de campaña! comiendo, unas ramas del árbol que teníamos allí. Corriendo intenté despertar a Sergio y contarle lo que estaba pasando, pero dormía profundamente y no me escuchaba, pero cuando escuchó su oído, el barrito que produjo el animal. Os puedo decir que se le quitó el sueño por completo. ¿Qué podíamos hacer?, nuestra tienda de campaña era la última y la más alejada de la recepción, tocar la trompeta no iba a solucionar el problema, iba a enfadar más al animal. ¡Era terrible!, escuchar como arrancaba las ramas del árbol, lo iba a dejar pelado. Un trompazo del animal y la tienda de campaña acaba derrumba por los suelos. Yo, Elisabeth, creó que no había pasado tanto miedo, como ese hacía tiempo. Tuvimos que vestirnos y coger los pasaporte, por si teníamos que salir corriendo, ¡El animal no se iba!, vamos la cosa iba a peor, vino otro, ya no era un elefante, ahora había dos, esto se iba multiplicando ¡Como acabaríamos la noche!, pasó 2 h y 10 minutos a lado de nuestra tienda de campaña, se marchó, ¡qué respiró! La caldera que teníamos al lado de la tienda, que producía humo, se había apagado y los rangers se habían quedado dormidos, por eso los animales se acercaron tanto al campamento. Llegaron los rangers y encendieron la caldera echándole bastante leña, que a nuestros ojos nos molestaba tanto el humo que nos empezaron a llorar y a ponerse rojos, ahora no íbamos a morir, no por ser aplastados por unos elefantes, sino por la asfixia del humo. ¡Esto iba cada vez a peor! Venga, vamos a dormir, no llevábamos ni 30 minutos dormidos cuando Sergio, pega un salto de la cama, lo miro y le digo que te pasa, pues nada que tenía una rata en mi cabeza, ¿cuál sería el siguiente animal que nos interrumpiera el sueño?

Nos despertamos ahora sí, con el despertador a las 6:00 h de la mañana, como cada día vino el rangers a la tienda de campaña para acompañarnos al comedor. Esto resultaba un poco incómodo no poder pasear por el lugar libremente, ¡no molaba! Íbamos como zombis, habíamos pasado una mala noche.

Terminada la comida, navegamos en una canoa tradicional en un mekoro transporte utilizado siempre por las tribus de los bavei. Únicamente suben dos personas y el remador, que va dando el movimiento con una pértiga. Pasamos entre los nenúfares y papiros, viendo cocodrilos, hipopótamos, elefantes, peces, etc.
Sergio fue a tomar fotografías y comprobó que su cámara tenía pequeños bocados, yo, Elisabeth, miró la mía y en el plástico que rodea al visor, dos pequeñas mordidas encontré. La rata nos había dejado la huella en nuestras cámaras. Nos llevábamos el recuerdo de la vista de la rata en nuestra tienda de campaña. Ahora, nos reíamos, pero vaya tela con la experiencia del Delta de Okavango.

Regresamos al campamento, tocaba hacer resumen de este viaje por el país de Botswana, en estos safaris no habíamos visto leopardos, guepardos, hienas ni rinocerontes, bueno este último es casi imposible ver un rinoceronte porque no hay, están intentando traerlos e introducirlos en el país. Hemos visto elefantes, leones, hipopótamos, búfalos, jirafas, cebras, antílopes, jabalíes, monos y una gran variedad en especies de aves.  Es cierto, que no hemos vistos grandes cantidades de animales y en los animales hemos podido percibir miedo en ellos, como corrían al escuchar el ruido del motor de 4×4, barcas, etc.

Recogimos el equipaje y hacer el traslado. El chico que estuvo haciendo de guía el día anterior fue quien nos hizo junto con un matrimonio americano el trasladado hasta la pista desde donde sale la avioneta con dirección al Aeropuerto de Maun.

Era la misma avioneta con la que llegamos a la zona, para solo cinco pasajeros y el piloto. El señor americano que era mayor subió y se montó delante con el piloto, nosotros nos montamos justo detrás y la mujer en el asiento trasero. Una vez dentro de la avioneta comenzó el ascenso, y ya cogida la altitud pudimos ver como el piloto empezó a rellenar unos formularios mientras pilotaba, el americano se quedó dormido y daba cabezadas hacia delante y hacia atrás acompañados de la sinfonía de ronquidos. La mujer atrás con una bolsa de papel vomitando, yo miraba y le decía a Sergio, veremos a haber lo que pasa, como termina este viaje. Pasados 45 minutos, vimos la ciudad de Maun, aterrizamos en el Aeropuerto de Maun. Bajamos de la avioneta y llegó el personal de aeropuerto para recogernos en la pista y trasladarnos hasta la terminal. Tuvimos que pasar un control de seguridad, nos pesaron el equipaje.

Llegamos hasta los mostradores de la compañía aérea South African Airways para facturar el equipaje y obtener las tarjetas de embarque. Nuestro vuelo era hasta Johannesburgo. El equipaje lo facturamos directamente hasta el destino final que sería Windhoek. Una vez con las tarjetas de embarque pasamos el control de seguridad y emigración donde tuvimos que rellenar nuevamente un papel, el mismo que te dan a la entrada del país. Una vez acabado este procedimiento pasamos a la sala de espera y a esperar el comienzo de embarque. El vuelo salió con un retraso de 30 minutos. Algo normal en África, lo raro es que salga a tiempo. Embarcamos y nos acomodamos, el viaje tuvo una duración de 1 h y 40 minutos. Una vez aterrizado en el Aeropuerto O.R. Tambo de Johannesburgo, bajamos del avión y fuimos a la zona de transfer, donde tuvimos que pasar la aduana, y nos pusieron un sello en el pasaporte. Pasado esto tuvimos que ir a los mostradores habilitados por la compañía aérea Air Namibia, para obtener las tarjetas de embarque. Nos las dieron y buscamos un restaurante para almorzar. Pedimos dos platos de pasta con salmón y de bebida una botella de agua mineral. Pagamos un total de 482 rands sudafricanos (30 € aproximadamente).

Yo Elisabeth, miré en las pantallas que dan información de los vuelos y compruebo que nuestro vuelo comienza el embarque. ¡Pero faltaba más de 1 h para el embarque! Cogimos el equipaje y a correr hasta la puerta. El vuelo salió con 30 minutos de antelación. El trayecto tuvo una duración de 2 h y 5 minutos. Por estos dos vuelos pagamos un total de 183 € por persona.

Información Útil:

Para poder entrar en el país, en nuestro caso que somos españoles no necesitamos visado, al ser una estancia inferior90 días, simplemente es necesario el pasaporte con un vigor de 6 meses de validez, como mínimo y un billete de salida del país. Si quieres permanecer más de 90 días necesitas tramitar una visa.

No es necesario vacunarse, la única vacuna obligatoria para entrar en Botswana es la de la fiebre Amarilla, si se viaja de países de África y Sudamérica que estén afectados. Recomendable estar vacunado de la Hepatitis A y B, Tétano. Para más información, pedir cita en sanidad exterior. Allí os indicarán lo que debéis hacer. Web: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ Aconsejable usar repelente de mosquitos y dormir con mosquitera, si viajas al Delta de Okavango hay que tomar el malarone o profilaxis para poder evitar el contagio de la malaria.

¿Es necesario llevar un botiquín?, , debes llevar medicamentos como: pastillas para diarrea, algún analgésico, antibiótico, antihistamínicopastillas de la malaria, ponerse repelente de mosquitos, crema para las picaduras y dormir con mosquitera, etc.

Se aconseja siempre beber agua embotellada, evita tomar las bebidas con hielo.

Los idiomas oficiales son el inglés y setswana bantú, también hay varias lenguas locales: el malanga, el herero, el mbukushu y cunga.

La moneda es el pula, un 1 € equivale a 12,19 pulas.

Las tarjetas de crédito internacionales como: Visa, American Express, MasterCard, etc., son aceptadas en los establecimientos, pero en las zonas poco turísticasaldeas, las tarjetas de crédito no funcionan y no hay cajeros automáticos, debes siempre llevar algo de dinero en metálico.

Muchos servicios piden dejar una propina del 10% a 15%, en ocasiones está incluida. Esto es debido al turismo de EEUU, e ingleses, que los han acostumbrado a que dejar propinas sea obligatorio, por el servicio prestado. ¡Recuerda!, el regateo está presente en el comercio africano, ellos al principio te pedirán como 10 veces más el valor real del producto. Piensan que por tener el color blanco de piel eres rico, intentarán sacarte todo el dinero que puedan.

El clima: la estación de lluvias es de noviembre a marzo y de junio a octubre es la estación seca, es cuando la fauna más se mueve en busca de agua, es ideal para observarla y poder tomar fotografías. En una misma época el clima varía dependiendo de la zona del país en que te encuentres.

En el próximo post os contaremos nuestro paso por el país de Namibia, en esta aventura nos esperaban: animales, tribus, desiertos, dunas, pinturas rupestres, etc. Un saludo andorreros, nos vemos muy pronto.



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