templo Borobudur

Qué ver y hacer en Yogyakarta, Indonesia.

Qué visitar, ver y hacer en la ciudad de Yogyakarta, Indonesia: el Templo Prambanan y el Borobudur, el Palacio Kraton y el Taman Sari, la Calle Malioboro y si dispones de más tiempo puede visitar el Volcán Merapi y Kaliurang, etc.

Yogyakarta es una ciudad pequeña con edificios de poca altura, sus casas suelen ser bajas, las edificaciones más altas son los hoteles y centros comerciales, esta ciudad es una provincia en la isla de Java. Siendo la única que tiene como gobierno un sultán de la época pre-colonialYogyakarta es un reclamo turístico por sus dos templos religiosos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El templo Borobudur (budista) y el templo Prambanan (hinduista), es el punto de partida de muchos tours que van a recorrer los volcanes del este de la isla. Yogyakarta, es un poco caótica por su tráfico, por la gran cantidad de vehículos, motos, bechaks (triciclos) que hay, cruzar la calle es una auténtica aventura.

Nuestro cuaderno de bitácoras:

Aterrizamos en el Aeropuerto Internacional de Achmad Yani en Semarang, bajamos del avión y fuimos a recoger el equipaje a la cinta, una vez con las maletas, salimos del aeropuerto y nos esperaba un chico de la empresa indonesiaentusmanos.com con el que habíamos contratado a través de internet la actividad de 2 noches+3 días en Yogyakarta nos costó 243 € por persona. La actividad nos incluía traslados desde el aeropuerto hasta Yogyakarta y viceversa, alojamiento de 2 noches+desayuno en el hotel, almuerzo incluido, entrada a los templos, guía local en habla española en privado, chófer de habla local. Subimos en una furgoneta y comenzó un viaje hasta llegar a la ciudad de Yogyakarta, al Hotel Novotel Yogyakarta, en el que nos hospedaríamos por dos noches. Es un alojamiento de cuatro estrellas que cuenta con dos restaurantes, piscina y spa, dispone de wifi gratis en sus instalaciones. Hicimos el check-in y cogimos el ascensor, nos dimos una ducha, estábamos muy cansados del viaje y decidimos cenar en el restaurante del propio hotel, pedimos dos pinchos de pescado, (fueron dos tostadas) un plato de bakmi goreng, (fideos fritos) una coca cola, una botella de agua mineral y de postre plátanos. Pagamos un total de 374.495 rupias indonesias (23,53 € aproximadamente). Nos fuimos a la habitación a descansar.

Al día siguiente nos levantamos, había mucha oscuridad en la habitación, nos asomamos a la ventana y pudimos comprobar que el día estaba muy gris y llovía. Sacamos de la maleta las chaquetas impermeables y un paraguas ¡Sin duda nos haría falta!

Bajamos a desayunar al comedor del hotel, estaba llenó de asiáticos, nos miraban mucho. El desayuno fue tipo buffet, había de todo, nos dimos un festival y con energías repuestas, subimos a la habitación a por las cámaras y bajamos a recepción, a esperar al chico que tenía que venir a recogernos. En ese día teníamos una excursión de día completo, para explorar Yogyakarta, visita del Templo del Sultán, el Castillo del Agua, el Templo de Borobudur y Prambanan. No es necesario contratar una actividad si vas con tiempo suficiente, para nosotros fue una visita relámpago y no podíamos permitirnos el lujo de perder el tiempo en el lugar, principalmente porque no disponíamos de mucho, pero si no es el caso, se puede visitar en autobús público de la compañía Jogja Yogyakarta, aunque no siempre te deja en las puertas de los puntos turísticos, pero es el medio más económico para moverte en el lugar, alquilar una moto, ir en un bechaks.

Subimos a la furgoneta y seguía lloviendo, nos dirigimos hasta el Templo Borobudur, realmente no se encuentra en Yogyakarta, se sitúa unos 40 km al noroeste de Yogyakarta, a menos de 1 h en coche. Es un templo budista considerado como el más grande del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. ¿Sabías qué es uno de los monumentos más visitados de Indonesia? Edificado entre los años 750 y 850 por la dinastía Sailendra. Siendo abandonado Borobudur y la selva fue atrapándolo. No se sabe la causa por la que se produjo el abandono, hay varias hipótesis estudiadas por los historiadores como: debido a la erupción del volcán Merapi, por la hambruna que azotó a la isla de Java a principios del siglo XI, o la llegada del Islam a la isla en el siglo XV. Fuera el motivo, uno u otro, el templo se vio abandonado y sepultado varios siglos bajo las cenizas de una erupción volcánica y por el crecimiento de la vegetación frondosa de la selva de Java. Las leyendas cuentan que los habitantes más viejos sabían de su existencia. En el siglo XIX, en 1814, fue descubierto por Thomas Stamford Baffles, un gobernador británico. Tardó dos meses para abrir camino por la selva y la ayuda de 200 hombres para descubrir el templo que estaba cubierto por las cenizas volcánicas. El templo presentaba un estado de derrumbe y fue restaurado más tarde tras las difíciles tareas llevadas por parte de la Unesco entre los años 70-80, siendo nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1991.

Tiene seis plataformas cuadradas con 2.672 murales en relieve y 504 estatuas de buda ¡Unas cuantas, verdad! Subimos por unas escaleras muy empinadas, a la pirámide principal a través de seis terrazas cuadradas y por sus tres circulares con 72 estupas de piedra con forma de campana, bajo cada una de ellas aguarda la estatua de un buda. Algunas de las campanas están descubiertas permitiéndonos ver los budas que acogen, llegamos a la gran campana, el punto más elevado llega a alcanzar 42 metros de altura.

Hoy en día sigue siendo un importante centro de peregrinación budista. Cuando nosotros lo visitamos, la gran mayoría de los visitantes eran occidentales, locales y grupos escolares. No nos dimos cuenta y la lluvia ligera, nos había abandonado, incluso nos salió el sol ¡Qué alegría!, se lo decimos al guía y nos dijo; amigos, el día va a ser duró, va a llover mucho. ¡Vaya aguafiestas!, con la alegría que teníamos nosotros. Es que resulta tan difícil poder hacer fotografías y grabaciones con lluvia, pero en fin la naturaleza a veces es muy caprichosa. Permanecimos un buen rato observando el lugar y disfrutando de él. Nos sentimos un poco acosados con grupos escolares, no dejaban de pedirnos si podíamos hacernos fotografías con ellos, ¡con esas caritas!, cualquiera le decía que no, algunos se ponían tan nerviosos que podíamos ver el temblor en sus manos. Otros incluso nos hacían una serie de preguntas en forma de entrevista, decían que era un trabajo que tenían que realizar para el colegio. Algunos y algunas más mayores de la cuenta, no dudan en pedirnos también una fotografía. ¡En fin!, por unos momentos nos sentíamos el centro de atención del todo el templo, nosotros, que siempre intentamos pasar desapercibidos, no nos gusta llamar la atención.

Llegó el momento de irnos, para poder salir del lugar nos esperaba un interminable mercado de puestos donde había una gran cantidad de artículos, desde ropa, calzado, juguetes, recuerdos, hasta puestos de comida. ¡Recuerda!, el regateo está a la orden del día, te pidieran como cinco veces más el valor del producto. La entrada tiene un coste para adulto, es de 260.000 rupias indonesias por persona (16,34 € aprox.) para niños mayores de 10 años y para estudiantes que lo acrediten con un documento, es de 130.000 rupias indonesias por cada uno (8,18 € aproximadamente). Los indonesios pagan una entrada muy reducida de 30.000 rupias indonesias por persona (1,89 € aprox.). Hay la posibilidad de visitarlo para ver el amanecer, pero cobran un precio de entrada diferente siendo más elevado. Cuando adquieres la entrada te dan una bebida gratis, y si llevas puesto un pantalón corto o falda te prestarán un sarong, que tendrás que ponerte a modo de falda, para poder visitar el templo. Nosotros llevábamos puesto un pantalón que nos cubría más de las rodillas y no necesitamos hacer uso de él. El horario de visitas abierto desde las 6:00 h de la madrugada hasta las 17:00 h, el cierre total del templo se realiza las 17:15 h. La dirección es JL. Badrawati, Borobudur, Magelang, Jawa Tengah.

No habíamos puesto los pies dentro de la furgoneta cuando comenzó a llover nuevamente. El limpia parabrisas iba a toda velocidad. Nuestra siguiente visita fue el Palacio Kraton o Palacio del Sultán, data de 1755 creado por el sultán Hamengkubuwono I, actualmente, sigue estando habitado por el sultán, es un complejo amurallado rodeado por una muralla de 4 km de longitud, donde viven casi 30.000 personas en él. Hay varios pabellones abiertos al público, hay uno dedicado para celebrar danzas javanesas, conciertos de música gamelan, etc., cuenta con un patio central con construcciones típicas javanesas, sus salas visitantes hacen de museo con una gran exposición mostrando la cultura javanesa, hicimos un recorrido siendo acompañados por una guía local del propio palacio, hay varios guías y hablan diferentes idiomas a nosotros nos asignaron una de habla española, que realmente nos pareció que se había aprendido la lección de memoria, parecía un auténtico loro, si nos salíamos del tema, veíamos que su castellano no era tan fluido.

Durante el recorrido nos explicó un poco de historia, la vida de diferentes sultanes, etc., pudimos ver vestimentas, trajes típicos, objetos, mobiliario, así como el rostro en fotografías o pinturas de los diferentes sultanes que ha habido en el lugar, también regalos de otras monarquías o jefes de estado, etc. Observamos el tambor que fue utilizado en el pasado para avisar de los peligros a la población. No se puede acceder a las dependencias donde vive el actual sultán. La visita tuvo una duración de 1 h aproximadamente. Aunque supuestamente los guías son gratis, hay que dejarle una propina de 30.000 rupias indonesias (1,89 € aproximadamente). De nuevo nos había abandonado la lluvia, ¡sería para todo el día o volvería a parecer!, ¿Quién sabe?

Por el sitio vimos a los miembros de la guardia del sultán vestidos con camisa de manga larga, falda hasta los pies, fajín en la cintura colocado en la parte trasera del cinturón un sable y en la cabeza un pañuelo. Esta profesión no la pueden ejercer mujeres, aún no ha llegado la igualdad social al lugar, los hombres que realizan este trabajo no pueden tener familia, viven en el palacio o cerca de este y por ello reciben un salario bajo. No le hicimos ninguna fotografías porque nos pidieron que no querían ser fotografiados. Hay que respetarlos. La entrada al palacio tiene un coste de 15.000 rupias indonesias por persona (0,95 € aprox.) por hacer uso de la cámara fotográfica o vídeo hay que pagar una tasa de 1.000 rupias indonesia (0,07 € aproximadamente). Horario de visitas de 8:30 h a 12:30 h, los viernes y sábados de 8:30 h hasta las 11:30 h. Permanece cerrado los días de fiesta nacional y locales. Creemos que la visita al palacio es una visita obligatoria, no por la estructura o diseño del palacio, sino para poder entender la historia y la cultura javanesa. Se encuentra en Jalan Rotowijayan Blok No 1, Panembahan, Kraton, Kota, Yogyakarta.

Al terminar la visita fuimos a reencontrarnos con nuestro guía para ir a visitar el Palacio Taman Sari. A la salida hay un parque llamado Alunalun, donde hay dos grandes higueras situadas en medio de la plaza. Hay una leyenda o mito local del Banyan Tree, que nos contó nuestro guía, si se consigue cruzar entre los árboles con los ojos cerrados o vendados, obtendrás lo que deseas. Hay miles de vendedores que intentaran de prestarte ayuda para que lo consigas dándote indicaciones. Nosotros continuamos y ni siquiera nos paramos en la zona.

Fuimos hasta el Palacio Taman Sari, también es conocido como Palacio del Agua, se encuentra muy cerca de Kraton. Construido en 1758 por orden del sultán Hamengkubuwono I, diseñado por un arquitecto portugués en la época colonial, como jardín de recreo para el sultán y su familia, se vio abandonado durante años. Se comenzó a reconstruir en 2004. Tiene diferentes estancias desde dormitorios, salas de reuniones de estar y dos grandes estanques con fuentes. Hoy en día lo que mejor se conserva es el complejo de piscinas central. En 1995 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La entrada tiene un coste de 15.000 rupias indonesias por persona (0,95 € aproximadamente) por hacer uso de la cámara fotográfica o vídeo hay que pagar una tasa de 1.000 rupias indonesia (0,07 € aprox.)

Acabamos la visita y le comentamos al guía que no queríamos parar para comer, que sí podíamos continuar con la visita al templo Prambanan. Él dijo que no había ningún problema, compramos en un puesto callejero una botella de para cada unoPagamos un total de 47.280 rupias indonesias (2,98 € aproximadamente).

Emprendimos el camino, no llevábamos ni 20 minutos de trayecto cuando nuevamente comenzaba a llover, ¡Oh no otra vez!, hasta llegar al templo fue todo el camino lloviendo intensamente. Algunos lugareños que nos encontramos por la carretera optaron por ponerse bolsas de basura en el calzado. Ambos teníamos la cara triste, pero que íbamos a hacer.

El templo se sitúa a 18 km hacia el este de Yogyakarta. Bajamos de la furgoneta con las chaquetas impermeables colocadas, que por cierto nos daban un calor, y paraguas abierto. Llegamos a la entrada del templo y la lluvia paró, ¡Qué alegría!, le dijimos al guía, quédate aquí sentado que nos vamos a hacer las fotografías, ahora volveremos para que nos des la explicación, el pobre se quedó con una cara un poco a cuadros.

El Templo Prambanan es el tempo hinduista más grande y antiguo de toda Indonesia y uno de los más grandes de Asia. En el año 1991 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Fue construido a lo largo del siglo IX por Trimurti, dedicado en honor a los tres Dioses más importantes de la mitología hinduista: Brahmá (Dios de la creación) Visnú (Dios de la conservación) y Shiva (Dios de la destrucción) está formado por 240 templos. Parte de este conjunto de templos se vio destruido por un terremoto en el siglo XVI, las ruinas fueron abandonadas. En 1811 Colin Mackenzie llegó al lugar por casualidad. En 1918 se empieza la reconstrucción y restauración. La parte principal ha sido reconstruida y hoy en día aún se sigue trabajando en el sitio. Pudimos acceder a algunos de los templos donde descubrimos esculturas de dioses tallados en rocas. ¡Venga Sergio!, volvamos a donde está el guía, se encontraba sentado, ahora era el momento de escuchar la explicación. ¡Recuerda!, si llevas puesto un pantalón corto o falda, te prestarán un sarong, que tendrás que ponerte a modo de falda, para poder visitar el templo. La entrada para adultos tiene un coste de 234.000 rupias indonesias (14,71 € aproximadamente) para niños mayores de 10 años y para estudiantes que lo acrediten con un documento es de 117.000 rupias indonesias por cada uno (7,36 € aprox.) para locales es de 30.000 rupias indonesias (1,89 € aprox.) El horario de visitas abierto desde las 6:00 h de la madrugada hasta las 17:00 h, el cierre total del templo se realiza las 17:15 h

Acabada la visita retomamos el vehículo para regresar a Yogyakarta, fue un día duró con la lluvia, aunque no nos podemos quejar, conseguimos tomar fotografías y grabaciones, no tantas como nosotros queríamos, pero en fin todo bien. Regresamos al hotel, subimos a la habitación para dejar la mochila y había que ir a comer, el estómago, nos pedía comida.

Caminando fuimos a la emblemática Calle Malioboro llena de una gran cantidad de puestos donde venden desde ropa, calzado, artesanía, recuerdos, joyería, hasta comida, etc., en fin todo lo que puedas imaginar encontrarás en el lugar. Cenamos en un restaurante local donde pedimos un plato de arroz cocido, sopa de pescado, el gado-gado, de bebida, una botella de agua mineral y una coca cola, de postre, el pisang goreng (plátanos fritos). Pagamos un total de 190.000 rupias indonesias (11,94 € aproximadamente).

Nos despertamos a las 6:45 h de la madrugada, nos arreglamos, recogimos el equipaje y bajamos con él, desayunamos e hicimos el check-out, esperamos en recepción a que vinieran a recogernos para trasladarnos hasta el Aeropuerto Adisutjipto, para coger un vuelo con la compañía aérea Garuda Indonesia, con destino a Yakarta. Nos dirigimos a los mostradores habilitados para facturar el equipaje y seguidamente pasamos el control de seguridad. Subimos al avión, el viaje tuvo una duración de 1 h y 15 minutos. Una vez llegados a Yakarta tuvimos una escala de 2 h Mientras tanto tomamos un café con leche y otro solo en la cafetería de la franquicia Starbucks. Pagamos un total de 85.000 rupias indonesias (5,36 € aprox.)

Pasado este tiempo volvimos a tomar otro vuelo con la misma compañía aérea con destino a Labuan Bajo, Komodo. El viaje tuvo una duración de 2 h y 25 minutos. Los dos billetes de avión nos costó en total 136 € por persona. En el próximo post os contaremos nuestro paso por Luang Bajo, en busca del paraíso y de los dragones de Komodo. Un saludo andorreros, nos vemos muy pronto.



'Qué ver y hacer en Yogyakarta, Indonesia.' have 4 comments

  1. diciembre 6, 2017 @ 5:22 pm Liliana

    Magnifico post, cuanta información y bellísimas fotografías.
    Me ha encantado vuestras fotos de Etiopía, espero post pronto.
    Abrazos queridos amigos.

    Reply

    • diciembre 6, 2017 @ 5:30 pm andorreandoporelmundo

      Muchísimas gracias Liliana.
      En unas semanas publicaremos el post de Etiopía.
      Saludos amiga. ??

      Reply

  2. diciembre 27, 2017 @ 4:35 am Alberto Mrteh

    El primer templo me ha parecido precioso.
    Gracias por el descubrimiento.
    Alberto Mrteh (El zoco del escriba)

    Reply


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