Qué ver en Guna Yala, Panamá.

Qué visitar, ver y hacer en un viaje a Guna Yala. Experimentar, vivir unos días en una isla paradisiaca, acompañados de una tribu Guna Yala, sin luz eléctrica, cobertura, agua corriente, conexión a internet, televisión, etc. ¿Cómo se vive con una tribu Guna Yala? Aquí os mostramos la experiencia que hemos vivido con ellos. Es un lugar ideal para pasar unos días, si tu pareja no te hace caso, debes ir a pasar unos días a las islas de San Blas.

Guna Yala fue conocida como San Blas hasta el año 1998 y luego llamada Kuna Yala hasta el año 2011, cuando el gobierno de Panamá acepto la afirmación del pueblo Guna, ya que en su lengua materna, no existe el fonema para la letra k. Por eso, fue llamada Guna Yala, que significa en lengua guna montaña Guna o tierra GunaGuna Yala, es una comarca de indígenas en Panamá, posee una extensión de 2.306 km². Es un archipiélago de 365 islas que rodean la costa del caribe, tan solo están habitadas treinta y seis. Posee una población aproximadamente de 31.600 habitantes. Guna Yala no tiene distritos, pero sí tiene cuatro corregimientos: el Ailigandí, el Narganá, el Puerto Obaldía y Tubuala.

Guna Yala, ha sido poblada durante siglos por los Guna, hay cuarenta y nueve comunidades. Estas comunidades, cuentan cada una de ellas, con un jefe del poblado llamado sahila, es el representante de la comunidad. Están exentas de pagar impuestos al estado, ellos mantienen sus culturas y tradiciones. Hoy en día aún podemos ver a las mujeres vestir con el traje típico, los hombres solo visten los trajes tradicionales en ocasiones especiales.

Sus viviendas están fabricadas con cañas, tablones de madera, sus tejados son de paja, en algunos ya pudimos ver que utilizan chapa. Hace unos años no tenían electricidad, pero hoy en día podemos ver que en algunas islas, sus poblados, ya han colocado placas solares y parabólicas, etc. Pero en la isla que nosotros estuvimos aún, no.

Nos trasladamos hasta Albrook, para tomar un vuelo con la compañía aérea Air Panamá, con destino Achutupu. Te permiten llevar en equipaje 14 kilos en total por persona, si te pasas de peso, creemos recordar que cobraban 1,dólares americanos por kilo (1,42 € aproximadamente). Para más información visitar la página web: https://www.airpanama.com El viaje tuvo una duración de 45 minutos. Volamos en una pequeña avioneta donde íbamos unas diez personas. Todo muy rústico, la gente llevaba cajas con comida, utensilios de primera necesidad, etc. En el vuelo tuvimos unas vistas panorámicas de la Ciudad de Panamá increíbles, pero fue aún más bonito contemplar, desde el aire, las islas paradisiacas, rodeadas de aguas cristalinas y palmeras.

San Blas, es un archipiélago que se encuentra en el mar Caribe, formado por 365 atolones coralinos, donde ofrece playas de arena blanca llenas de coral, aguas cristalinas.

Aterrizamos en el Aeropuerto de Achutupu, bueno llamémoslo así, en realidad es una pequeña pista de aterrizaje, donde hay una habitación en la que se encuentran tres chicas de las tribus de Guna, que son las azafatas de tierra. Esperamos a que sacaran el equipaje de la bodega, una vez ya con nuestro equipaje, no tuvimos que identificarnos ni recoger las maletas en cintas, etc. ¡Allí es todo muy simple!

Vino a recogernos un chico, que era el dueño del Hotel Akwadup Lodge, en una embarcación donde subimos, tuvimos una travesía de unos 30 minutos hasta llegar el hotel.

Bueno, aquí comenzaban unas vacaciones en el paraíso o eso pensaba yo. Este viaje fue Sergio, el encargado de comprar los billetes de avión, elegir destinos, etc. Yo me imaginaba pasar unos días de relax en una isla paradisiaca, y que mejor manera que terminar el año y recibir el año, en este lugar tan especial. Pero, no fue así para sorpresa mía, sí, el hotel se encontraba en una pequeña isla paradisiaca, que contaban solo con siete water villas, pero que realmente eran unas cabañas construidas sobre pilotes en el mar. Creía gozar de unas hermosas vistas al mar del Caribe, disfrutar del sol tumbada en una hamaca, tomarme un coctel en la piscina del hotel. En fin, todo eso era un sueño en mi mente.

En pocas palabras puedo deciros que durante 4 días y 3 noches que estuve en este hotel, tuve la experiencia de vivir con una familia de la tribu del pueblo Guna, disfrute aprendiendo sus costumbres. Donde no había luz eléctrica, tan solo era posible disponer de luz a partir de las 18:00 h gracias a unas pequeñas placas solares que disponían para generar luz por la noche. Aquí os dejamos la página web del hotel: http://www.akwareeflodge.com

Bajamos de la barca y nos dijeron el número de nuestra cabaña, era la cinco, no había llave para cerrarla ni abrirla. La abrimos empujando y la cerrábamos echando la puerta. No tuvimos que hacer check-in, ni dar el pasaporte, tarjeta de crédito, etc.

La habitación disponía de un cuarto con tres pequeñas camas que tenían una tela antimosquitos, e insectos, una pequeña mesa y una silla hecha con tablas de madera, ¡qué por cierto!, le faltaban algunas tablas, una pequeña terraza con una hamaca colgante, un cuarto de baño con ducha, donde el agua siempre salía fría, teníamos que darnos una ducha rápida, porque solo se disponía de un depósito de agua, con el cual teníamos que ducharnos las personas de las siete cabañas y los que formaban la tribu. Una vez que se acababa el almacenamiento de agua, no había más agua hasta el día siguiente, tenían que ir tres hombres de la tribu al pueblo de Achutupu a llenar en unos bidones azules, el agua, transportarla en la barca hasta el hotel, una vez llegado tenían que poner un motor de gasolina conectado a una goma para subir el agua hasta el depósito. Una tarea que tenían que hacer todos los días, nada fácil.

Llegaba la hora del almuerzo, nos fuimos hasta el restaurante que hacía la función de recepción, tienda de souvenirs, etc. La comida no se podía elegir, te ponían un plato y postre, la bebida no estaba incluida, había que pagarla, ofrecían vinos, cerveza, coca-cola, y cocos. El primer día nos pusieron un plato con arroz blanco y unos langostinos cocidos, de postre un pequeño trozo de sandía. No estaba nada mal, era todo lo que íbamos a comer hasta la hora de la cena.

Terminamos de comer y regresamos a la habitación porque el hotel no disponía de piscina, no tenía zona habilitada para poder bañarse en el mar, sillas para poder sentarse, hamacas para tomar el sol, ni televisor, en fin no había nada que hacer.

No teníamos cobertura en el lugar, pero ofrecían poder comprar wifi por 15 dólares americanos por estancia en el hotel. Nosotros lo contratamos y la verdad es que no iba mal, sino fatal. Pero bueno, a deshoras podíamos conectarnos y decirle a la familia mediante WhatsApp que estábamos bien.

En la cabaña uno se alojaba una pareja de mayores de Canadá, en la cabaña dos estaba la hija con su marido, de la pareja de mayores que eran de Canadá, en la cabaña tres había una familia de los EEUU, que viajaban con sus dos hijos adolescentes, en la cabaña cuatro una pareja de Italia, que eran recién casados, ¡pobres chicos ellos que buscaban el paraíso!, ¡lo que les vendieron!, en la cabaña cinco estábamos nosotros España, andorreando por el mundo, viviendo una experiencia diferente, en la cabaña seis había una pareja de mayores de Italia, en la cabaña siete un matrimonio de Francia.

A las 15:00 h salimos hasta el embarcadero donde el hotel ofrecía gratuitamente a los huéspedes todos los días dos salidas, una por la mañana y otra por la tarde. Este día nos tocó que nos llevaran a otra isla paradisiaca deshabitada, para que pudiéramos bañarnos en el mar. Esa tarde pasamos unas 3 h bañándonos en la isla llamada Paraíso. La verdad que el lugar tenía su encanto, pudimos disfrutar nosotros y los demás huéspedes del hotel de una isla deshabitada.

Volvimos a montar en la lancha para regresar al hotel, el trayecto fue de unos treinta minutos de navegación. Llegamos, nos dimos una ducha rápida y ligera, tenía que haber agua suficiente para todos.

A las 20:00 h teníamos la cena, qué habría ¿Qué nos tocaría cenar? Un plato con un poco de verduras y un filete de pescado a la plancha, y de postre nos tocó un trozo de mango.

Nosotros estábamos disfrutando de unas vacaciones diferentes, pero mirábamos a los lados de nuestra mesa y veíamos a los demás huéspedes con caras de amargados, se dejaban la comida en los platos. A nosotros nos daba pena, ver a la pobre tribu lo mal que lo pasaban viendo al personal de esa forma. Ellos intentaban ofrecernos lo mejor que tenían, es que los pobres no disponían de nada más. Aunque nosotros algún día no nos gustara la comida, nos la comíamos, no os podéis imaginar la alegría que le daba a la camarera retirarnos los platos vacíos sin comida. Todos los días nos servían a nosotros primeros.

Terminada la cena, nos fuimos a la habitación, no había nada que hacer y los mosquitos picaban un montón, aunque íbamos bañados de repelente, ellos picaban, nos aparecieron unas pequeñas picaduras.

Nos despertamos con los rayos de sol que entraban por la ventana, nos asomamos y vimos como la familia de los EEUU abandonaba el hotel, venían a pasar cuatro noches en el lugar. Pasaron una noche y decidieron marcharse, no lo estaban pasando bien. No eran las vacaciones que querían vivir.

Hoy era día 31 de diciembre del 2016, terminaba el año y comenzábamos el año viajando y disfrutando de la cultura Guna.

Nos vestimos y fuimos hasta el comedor para desayunar, hoy nos tocó una salchicha, dos rodajas de sandía, dos tranchetes de queso, dos tortitas y una taza de café o té.

Cuando íbamos a tomar la lancha por la mañana, vimos que volvían los americanos que se fueron por la mañana, pero solo volvieron los hombres, el padre y el hijo. La mujer y la hija, tomaron la avioneta a la Ciudad de Panamá. Para ellos no había plazas libres en la avioneta. ¡Vaya caos!, el último día del año y la familia la iba a pasar separadas.

Nosotros nos fuimos con los demás huéspedes del hotel en la barca para visitar el pueblo de Achutupu, también llamado isla del Perro, es una comarca de indígenas pertenecientes a la tribu de los Guna. Pudimos ver su forma de vida con las estructuras que cuentan como: el colegio, aunque no había ningún niño en el lugar, porque estaban de vacaciones, las aulas estaban vacías, en sus calles, como los más pequeños de la familia en lugar de estar jugando, muchos de ellos ayudaban en las tareas de la casa, como está pequeña niña que transportaba dos cubos llenos de agua hasta otra vivienda, vimos plantaciones de plátanos, pepinos, etc., así como las pocas tiendas de que disponen, que por cierto algunas de ellas estaban cerradas. Estuvimos unas 3 h en el pueblo, pasado este tiempo volvimos a embarcar para regresar al hotel.

Por el camino nos encontramos esta barca, donde un hombre y su hijo de la tribu Guna, estaban pescando.

Llegó la hora del almuerzo, hoy tocaba pulpo, gambas, arroz con coco y ensalada de col con zanahoria, el postre fue hoy, un tazón de gelatina.

Por la tarde, tuvimos una salida en barca para pasar la tarde en la isla paradisiaca llamada Monos. Es una isla deshabitada que cuenta con un pequeño bar, se localiza a unos veinte minutos en bote desde el hotel. Es llamada isla de los Monos, porque en el lugar encontraron dos monos.

Volvíamos a tomar la barca para volver al hotel, nos dimos una ducha y nos arreglamos, en unas horas recibiríamos el año nuevo.

Fuimos hasta el comedor donde nos ofrecieron una cena tipo buffet, había carne de pollo, media langosta por persona, ensalada de patatas, lechuga, tomate, maíz y el postre fue bizcocho y pastelitos.

Fue una nochevieja diferente a las otras vividas, el año pasado la pasamos en Marrakech, el anterior en Bruselas y este año en Guna Yala, en una isla paradisiaca.

Iba a venir un grupo al hotel para realizar cante y bailes tipos de la tribu Guna, pero al final no vinieron, no sabemos lo que paso. Bueno, tuvimos unos cuantos fuegos artificiales fabricados de forma casera. Cogieron una caña de bambú, le introdujeron dentro un poco de pólvora y le metieron fuego. Así fue como recibimos el año nuevo.

Este año nuevo, no nos levantamos con resaca en el cuerpo ni con el estómago lleno. Nos fuimos a desayunar y una vez que terminamos la comida, realizamos unas grabaciones de la zona y a las 10:30 h nos llevaron en la barca al pueblo de Ailigandí, tuvimos que pagar 5 dólares americanos por persona (4,78 € aproximadamente) para poder acceder al pueblo.

La comunidad de Ailigandí, es considerada la más desarrollada en infraestructuras, posee un hospital regional en el cual se llevaban acabó algunas importantes intervenciones y tratamientos para pacientes más delicados, sin tener que desplazarse hasta la Ciudad de Panamá. Vimos el edificio desde el exterior, las ventanas estaban abiertas y colamos un poco la cámara de fotos para tomar unas fotografías del lugar.

A pocos metros, hay un recinto construido con canchas de baloncesto, donde los niños estaban jugando.

En el centro de Ailigandí, nos encontramos la estatua conmemorativa a Simral Colman (Olokindibipilele). Este señor fue el gran gestor de la Revolución Tule de 1925 por la defensa de la cultura Kuna Mancillada.

Seguimos caminando, pudiendo ver como viven día a día la tribu de los Guna, andorreamos por sus calles observando el lugar.

Vimos a dos chicas jóvenes de la tribu, como estaban haciendo uso de un móvil, parece que la tecnología se quiere hacer un hueco en el lugar.

A los niños jugando en la calle, cuidado los más grandes de los pequeños. Nos daban una pena ver algunos sin ropa, calzado, etc., con esas caras de inocencia.

Llegamos hasta la puerta del Museo Olonigli, es una pequeña habitación donde hay una gran colección de cuadros, figuras, pinturas, objetos, etc. Es una pena porque el lugar es muy pequeño y no se puede apreciar bien todo lo que hay. La entrada al interior es gratuita, pero el propietario pide una pequeña donación, para el mantenimiento del sitio.

En algunos cuadros y objetos, muestran escenas que representan las fiestas tradicionales de la tribu Guna Yala. El propietario del museo nos contó la ceremonia que realizan de la pubertad, llamada Sergu-ed, las niñas cuando comienza su primera menstruación son paseadas por todo el pueblo por su madre y padre. La niña es encerrada en un cuarto de baño (surba) durante cinco días, las mujeres de la comunidad tienen que ayudar a la familia de la adolescente a buscar agua para el aseo de la joven. El último día de madrugada, los padres de la adolescente tienen que tener contratado a él (Aila Sied) cosechador de la fruta de la Jagua, la familia de la adolescente buscara Sichi, con lo que pintara a la joven con el jugo de esa fruta. Cuando el Aila Sied, llega al árbol, se comienza una ceremonia donde se cosecharan las frutas que estén hacia la salida del sol y hacia la puesta del sol.

La fiesta de iniciación, Inna Mutikid, se realiza después del Sergu-ed, el tiempo lo eligen los padres es la forma de presentar a la joven en sociedad. Se lleva acabó en agradecimiento a la comunidad por la ayuda prestada en la ceremonia Sergu-ed. Se brinda en la noche con chicha y dirmas, que es una sopa elaborada con maíz.

También realizan la tradición Ico Inna, es la fiesta de la perforación de la nariz a las niñas, y la Llegued e Inna Suit, es el corte del cabello a las niñas.

Vimos a las mujeres Gunas, con sus vestimentas de camisa de molas, una falda que se atan con un nudo a la cintura, en la cabeza se colocan un pañuelo de color, en los brazos y piernas llevan pulseras de chaquiras, algunas de ellas en el cuello lucen collares de oro y pendientes, dependiendo el nivel de su economía se verá la cantidad que llevan. Como podéis apreciar, los colores llamativos predominan.

Nos llevaron de vuelta al hotel, nos fuimos hasta el comedor donde nos ofrecieron un plato con arroz y pescado rebozado y de fruta un trozo de mango.

Por la tarde a las 15:00 h volvíamos a subir en la embarcación para ir a visitar la isla del Peine, una isla deshabitada donde nos pudimos bañar, tomar el sol y ver en los alrededores los manglares que hay. Permanecimos en el lugar unas 2 h pasado este tiempo nos llevaron en la embarcación hasta el hotel.

Llegada la noche, fuimos al comedor para realizar la última cena, donde probamos un plato que llevaba gambas rebozadas, arroz, pepino y cardos.

Nos despedimos de la chica de la tribu, que era la encargada de la recepción, la tienda de souvenirs y el comedor de la isla.

Sonó el despertador, nos levantamos, desayunamos y tomamos la barca para abandonar el hotel, y dirigirnos al Aeropuerto de Achutupu, para tomar la avioneta para regresar hasta el Aeropuerto de Albrook.

Esperamos en la terminal que estaba al lado de pista para tomar el vuelo, esta vez nos acompañaban para la Ciudad de Panamá unas cajas de langostas, equipaje, sillas, etc. Aquí os dejamos una fotografías de la terminal y la pista.

El viaje tuvo una duración de 45 minutos. Aterrizamos y nos desplazamos hasta el Aeropuerto de Tocumen, una vez allí, cogimos un avión con la compañía aérea Iberia, con destino al Aeropuerto Internacional Adolfo Suárez Madrid Barajas. El viaje tuvo una duración de 9 h y 50 minutos. Pasado este tiempo aterrizamos en el Aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas, tuvimos una escala de 3 h y 35 minutos. Nos fuimos hasta la terminal 4, desde donde saldría el vuelo dirección al Aeropuerto de Almería, nos comunicaron que habían cambiado la puerta de embarque y la terminal, tuvimos que coger el metro para llegar hasta la terminal 4S, volver a pasar el control de seguridad. Cuando faltaban 10 minutos para que comenzara el embarque, nos dicen que han vuelto a cambiar la puerta de embarque, que sería en la terminal 4. ¡Otra vez!, tuvimos que tomar el metro, pasar nuevamente el control de seguridad hasta llegar a la terminal 4. El vuelo salió con un retraso de 40 minutos. Bueno, chicos, sin comentarios. Embarcamos en un avión con la misma compañía aérea, con destino Almería. El trayecto fue de 1 h Como podéis ver, viajamos mucho, pero también pasamos una parte del viaje en aeropuertos, haciendo escalas, cogiendo aviones, etc. ¡Así es la vida de los viajeros! Un saludo andorreros, nos vemos muy pronto.



'Qué ver en Guna Yala, Panamá.' have 13 comments

  1. marzo 4, 2017 @ 11:25 pm Marta Pinhao

    ¡Un lugar mas bello que otro! Abrazo grande.

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  2. marzo 6, 2017 @ 9:06 pm Nuria

    Yo justo estos dias hace dos años estuve en San Blas y tengo un recuerdo maravilloso precisamente por la sencillez de las cabañas y la ausencia de wifi! Dormir escuchando el mar, comer langosta recién pescada, etc…quien quiera comodidades que se vaya a Contadora!

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    • marzo 6, 2017 @ 10:35 pm andorreandoporelmundo

      Hola Nuria.
      Si ha sido un viaje diferente e inolvidable, nunca la cambiaríamos por las islas Contadora.
      Saludos amiga. ??

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  3. marzo 7, 2017 @ 10:01 pm Paul

    gracias a Dios no tuvimos oportunidad de ir a san Blas, en Panama te dicen como que no te podes perder este lugar, la verdad me hubiera super aburrido y decepcionado con el lugar, yo en particular cuando voy de vacaciones voy a pasarla bien y que haya servicios disponibles, estuve en Colon en el hotel Melia, muy lindo hotel pero muy aburrido, no habia actividades para hacer, la vida era pileta y dormir, no era lo que esperaba, y la ciudad horrible y peligrosa, y la zona franca una mentira, es mas caro que el malls de panama (capital)

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    • marzo 7, 2017 @ 10:24 pm andorreandoporelmundo

      Hola Paul.
      Son vacaciones diferentes Jajaaja a nosotros nos gustan las 2 opciones jejeee
      Saludos amigo. ??

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  4. diciembre 16, 2017 @ 11:41 pm JoseN

    Hola amigos,
    San Blas es un mundo aparte, no todas las regiones tienen islas paradisíacas. Viajar a SAN BLAS es viajar a un lugar remoto y olvidarse del tiempo y de comodidades y de todo lujo que ofrecen un hotel de 5 estrellas. Lo único lujo que vas a encontrar es la naturaleza.
    Recuerde que estas viajando a las comunidades indígenas, están aislada del desarrollo moderno.

    Aquí le dejos los puntos que hacen diferente cada región de San Blas.
    1. SI BUSCAS PLAYA PARADISÍACAS, ELIJE CARTI-SANBLAS.
    Si buscas islas paradisíacas y pasar sus vacaciones inolvidables en una playa de arenas blancas y aguas cristalinas elije carti.
    Nota: Probablemente no tendrás mucho acceso a la cultura indígena, del río, de flora y fauna.

    2. SI BUSCAS SUMERGIRSE EN LA NATURALEZA, VER ANIMALES, CULTURA INDIGENA Y UN POCO DE PASAR EN LA PLAYA. ELIGE ARMILA – SAN BLAS.
    Aquí es diferente a CARTI-SANBLAS. Aquí compartirás e interactuarás con los indígenas gunas. Tendrás la oportunidad de ver como ellos han mantenidos intacta sus tradiciones y su forma de vida durante siglos. Disfrutarás de sus danzas y ceremonias.
    Armila es el destino perfecto y único para ver uno de los procesos mágicos de la naturaleza: La anidación y el desove de tortugas marinas más grandes del mundo.
    Si eres amante de la naturaleza, conservacionistas, un explorador, aventurero, o un bohemio este es el lugar ideal para usted.
    Podrás surfear con las olas de la playa de Armila o simplemente disfrutar del sol, playa y arena, o refrescarse del río.

    NOTA: Aquí no es isla, por lo tanto no hay islas paradisíacas.

    AL VISITAR SAN BLAS USTED ELIGE DE ACUERDO A SUS NECESIDADES DE VIAJE,
    Depende que turismo deseas realizar.
    Espero haber informado un poco acerca de San Blas.

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  5. agosto 6, 2019 @ 12:41 pm Carina

    No soy Andorrana,soy Argentina viviendo en Barcelona,estoy averiguando para viajar por la zona y la verdad es que me encantó leerte y saber que todavía hay gente que empatiza con el otro,me encanto tu humildad y el saber ver más allá,ojalá existiera más gente como ustedes ,sigan disfutando del mundo y abriendo sus cabezas! Gracias Abrazo

    Reply

    • agosto 6, 2019 @ 3:50 pm andorreandoporelmundo

      Hola Carina.
      Nos agrada de que te guste, esperamos que lo pases genial y tengas un buen viaje.
      Un abrazo muy grande.

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  6. noviembre 5, 2019 @ 5:34 am Gabriela Suarez

    La verdad es que las playas son paradisíacas, si no miras alrededor la mugre qué hay, de cultura propia nada.
    Estuvimos almorzando en Isla Aguja, horrible. La comida más que mala, y eso que teníamos apetito. La gente Guna o Kuna muy mal encarados, ni siquiera te devolvían el saludo. Y de vestimenta típica menos, ropa, celulares y hasta ortodoncia típica….. de Miami. Un fiasco total. Una pena que tengan ese paraíso natural y lo estén arruinando

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    • noviembre 5, 2019 @ 7:38 am andorreandoporelmundo

      Hola Gabriela.
      Son indígenas, no ven con muy buenos ojos a viajeros y turistas, lamentablemente es una pena.
      Un saludo.

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  7. septiembre 1, 2020 @ 4:31 pm Jose

    No se si lo recomiendan o no, a veces parece que no están muy contentos con su experiencia pro en otras ocasiones hablan bien, leer este blog me confundió un poco la vrd.
    Pero gracias !

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    • septiembre 1, 2020 @ 10:52 pm andorreandoporelmundo

      Hola José.
      Son unas vacaciones o viaje diferente, donde se conviven con las tribus de la zona y donde todo es rudimentario.
      Nosotros no estamos arrepentidos de haber vivido dicha experiencia (yo Elisabeth, desconocía el tipo de viaje que Sergio me organizó).
      Un saludo.

      Reply


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